El colágeno es el principal responsable de mantener la piel elástica, joven y flexible. A partir de los 25 años, la producción de colágeno disminuye gradualmente tanto en hombres como en mujeres, y provoca que el rostro pierda su brillo y firmeza. Por eso, la piel adquiere un aspecto más envejecido, responde peor a las agresiones externas y se regenera con mayor dificultad, lo que produce arrugas, manchas y alteraciones dérmicas.

También la exposición excesiva al sol, el ejercicio físico intenso, la contaminación y el tabaquismo pueden acelerar este proceso de envejecimiento.

Los bioestimuladores son sustancias inyectables que, una vez infiltradas en la dermis, consiguen que genere nuevo colágeno para volver a tener las mismas características que se pierden con la desaparición de esta proteína.

Estas sustancias no están destinadas a rellenar, sino bioestimular. Tras la aplicación, la piel queda con un aspecto de rejuvenecimiento más natural. Esto ocurrirá después de la estimulación en fibroblastos, células que producen fibras de colágeno.

Su principal ventaja es que son biocompatibles y bioabsorbibles, por lo que no dañan el cuerpo ni provocan ningún efecto adverso y se absorben sin perjudicar el organismo, además desaparecerán de la piel metabolizadas por ésta una vez que hayan realizado su función.

Las sustancias más utilizadas como bioestimuladores de colágeno son:

• Radiesse®, su componente es la hidroxiapatita cálcica. Este producto se compone muchas micropartículas de hidroxiapatita de calcio (CaHA), suspendidas en un gel acuoso, que se encargan de dar volumen y elevar los tejidos, consiguiendo un efecto lifting.
• Sculptra®, cuyo componente principal es ácido poliláctico.
• Ellansé®, compuesto por carboximetilcelulosa. Es uno de los tratamientos antiedad más innovadores con efectos naturales y duraderos.
• Prophilo® (ácido hialurónico).
  La aplicación no suele ser dolorosa y dura unos 20/30 minutos cada sesión.
  Puede aplicarse en distintas regiones como cara, cuello, manos, escote, abdomen y glúteos.
  Los bioestimuladores de colágeno aportan un efecto rejuvenecedor, pero además también contribuyen a recuperar el volumen facial, reducen las arrugas y líneas de expresión y mejoran notablemente la flacidez. A nivel corporal mejoran la flacidez, rejuvenecen la piel y en regiones como glúteos contribuyen a mejorar también el volumen.
  Respecto a los efectos, son graduales (puede percibirse el cambio a partir de la cuarta semana tras la primera sesión) y duraderos, ya que el cuerpo continúa produciendo colágeno hasta seis meses después del tratamiento. No obstante, sus efectos se prolongan hasta los 12 a 24 meses de acuerdo a la región, que es cuándo se aconseja repetir el tratamiento, aunque esto dependerá del estado de envejecimiento de la piel.